Existió
una vez una criatura temible que vivía en el Amazonas, se comía a la gente cuando le entraba hambre, destruía
bosques y familias. Tenía un instinto
feroz y sanguinario, le daba igual destruir a su propia familia, cosa que hizo
de pequeño.
Namistra
era una fatnia. Las fatnias son las hijas de los dioses y muertos que se les
antoja su amor a los dioses, tienen aspecto fantasmal y primero mueren y luego
cuando les corresponde morir nacen. Esta tendría 40 años, pero como va de viejo
a niño tendría 20 años. Namistra era muy
bella y tenía una fuerza sobre humana, como la mayoría de la fatnias, también
tenía un bello canto para invocar a las estrellas que le había concedido su
padre Astronumus el dios de las estrellas y el espacio. Quería demostrar su
valor, porque su hermano Solierum (hijo de Astronumus y de la diosa de los
animales Faunia. Era mitad hombre mitad caracol) se burlaba de ella porque no
hacía nada especial como él, que tiraba de la Tierra para que diera vueltas alrededor del sol.
Un día Namistra se coló en una de las charlas
de su padre con el resto de dioses, para ver si salía alguna misión que pudiera
emprender. Y así es, el dios Amonaz se quejaba de que había que acabar con una
bestia inmunda que vivía en una cueva del Amazonas. No hubo ningún voluntario,
así que Namistra muy decidida pegó un brinco de su escondrijo y dijo:
-“Yo
emprenderé la difícil misión”
Su padre
muy enfadado la pegó un grito y la encerró en una estrella lo más lejos posible
de la Tierra. Pero
Namistra con su canto consiguió que la estrella la llevara hasta la Tierra. Una vez allí
el dios Amonaz la ayudó a llegar hasta la cueva y la dio un consejo:
-
“Namistra, ten cuidado, ese monstruo absorbe todo
lo que se le acerca, nadie sabe a ciencia cierta qué pasa después de que
trague, algunos dicen que mueres, otros dicen que te manda a otra dimensión… Lo
que está claro es que nadie sabe más de ti. Su único punto débil es su oscura
cola, esa es la única parte que puedes tocar sin que te trague.
Cuando
Namistra vio a la criatura se quedó congelada del miedo era muy oscura, parecía
un gas negro, una nube oscura. Namistra hizo caso a las indicaciones de Amonaz,
así que agarró a la criatura de la cola y con su gran fuerza la mandó al
espacio donde allí mandó que las estrellas la agarrasen y la estiraran, la
estiraron tanto que se convirtió en un agujero, en el primer agujero negro de
la historia.
En el
Amazonas le agradecieron tanto a Namistra que se llevara a esa criatura, que la
hicieron una estatua, su padre nunca más dudó de ella y
su hermano ya no podía burlarse. En
cuanto a ella, siguió buscando más aventuras para demostrar su valor.
ESTELA
CUEVAS 1º ESO B

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