sábado, 2 de junio de 2018

Namistra y la furia de la bestia

Existió una vez una criatura temible que vivía en el Amazonas, se comía a  la gente cuando le entraba hambre, destruía bosques y familias. Tenía un  instinto feroz y sanguinario, le daba igual destruir a su propia familia, cosa que hizo de pequeño.
Namistra era una fatnia. Las fatnias son las hijas de los dioses y muertos que se les antoja su amor a los dioses, tienen aspecto fantasmal y primero mueren y luego cuando les corresponde morir nacen. Esta tendría 40 años, pero como va de viejo a niño tendría 20 años.  Namistra era muy bella y tenía una fuerza sobre humana, como la mayoría de la fatnias, también tenía un bello canto para invocar a las estrellas que le había concedido su padre Astronumus el dios de las estrellas y el espacio. Quería demostrar su valor, porque su hermano Solierum (hijo de Astronumus y de la diosa de los animales Faunia. Era mitad hombre mitad caracol) se burlaba de ella porque no hacía nada especial como él, que tiraba de la Tierra para que diera vueltas alrededor del sol.
 Un día Namistra se coló en una de las charlas de su padre con el resto de dioses, para ver si salía alguna misión que pudiera emprender. Y así es, el dios Amonaz se quejaba de que había que acabar con una bestia inmunda que vivía en una cueva del Amazonas. No hubo ningún voluntario, así que Namistra muy decidida pegó un brinco de su escondrijo y dijo:
-“Yo emprenderé la difícil misión”
Su padre muy enfadado la pegó un grito y la encerró en una estrella lo más lejos posible de la Tierra. Pero Namistra con su canto consiguió que la estrella la llevara hasta la Tierra. Una vez allí el dios Amonaz la ayudó a llegar hasta la cueva y la dio un consejo:
-         “Namistra, ten cuidado, ese monstruo absorbe todo lo que se le acerca, nadie sabe a ciencia cierta qué pasa después de que trague, algunos dicen que mueres, otros dicen que te manda a otra dimensión… Lo que está claro es que nadie sabe más de ti. Su único punto débil es su oscura cola, esa es la única parte que puedes tocar sin que te trague.
Cuando Namistra vio a la criatura se quedó congelada del miedo era muy oscura, parecía un gas negro, una nube oscura. Namistra hizo caso a las indicaciones de Amonaz, así que agarró a la criatura de la cola y con su gran fuerza la mandó al espacio donde allí mandó que las estrellas la agarrasen y la estiraran, la estiraron tanto que se convirtió en un agujero, en el primer agujero negro de la historia.
En el Amazonas le agradecieron tanto a Namistra que se llevara a esa criatura, que la hicieron una estatua, su padre nunca más dudó de ella y su hermano ya  no podía burlarse. En cuanto a ella, siguió buscando más aventuras para demostrar su valor.


ESTELA CUEVAS 1º ESO B

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