Hace
mucho tiempo en Grecia vivían Afrodita, Atenea, Apolo y Ventisca en el Monte
Olimpo. Cada uno de ellos tenía unas fuerzas especiales con las que podía cambiar la naturaleza y así
proteger a los aldeanos.
Ventisca
era la más joven y tenía la fuerza de poder manejar el viento.
Un día
Ventisca enfermó y al estornudar o toser ponía en peligro a los aldeanos porque
provocaba vientos fuertes. Previamente era la temporada de recogida de cosecha
y con ese viento, los aldeanos tenían miedo porque creían que se llevaría la
cosecha y la destrozaría. Para
que eso no ocurriese, todos los dioses se quedaron cuidando de Ventisca,
mientras que Apolo fue a buscar unos ingredientes con los que hacer una pócima
para quitar la enfermedad a Ventisca cuanto
antes.
Apolo
fue consiguiendo los ingredientes, sin embargo, el último ingrediente era el
más difícil de coger porque se tenía que subía a un árbol y trepar y aunque le
costó mucho, finalmente lo consiguió y fue corriendo al Monte Olimpo a preparar
la poción. A
continuación, Apolo mezcló todos los ingredientes y los puso en un vaso, y, por
último, se lo dio a Ventisca para que se lo bebiese y sanar; con ello, los
aldeanos al cabo de unos días perdieron el miedo y siguieron adelante.
Sin
embargo, pronto se dieron cuenta de que esto no había terminado y es que cada
vez que enfermaba Ventisca, volvían los fuertes vientos y Apolo tenía que ir
rápidamente en busca de los ingredientes para poder preparar la pócima sanadora
y que los aldeanos no perdiesen sus cosechas.
Andrea Díez Moreno 1ºC
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