Era
medianoche y estaba muy oscuro en el bosque.
El viento
soplaba y los lobos aullaban. Había un niño llamado Ash, caminado
tranquilamente por el bosque. Cuando de repente vio una oscura y siniestra. Su
sangre se paralizó y se escondió detrás de un árbol. Luego asomó un poquito la
cabeza y… ¡NO SE CREÍA LO QUE ESTABA VIENDO! Era nada más y nada menos que una
bruja, pero no estaba sola, había junto a ella otras cinco. Estaban rodeando un
caldero con una especie de potingue verde dentro.
Ash
corrió todo lo que pudo, pero piso una rama de un árbol. Las brujas le oyeron,
pero él siguió corriendo. Cuando de repente una bruja que iba volando le cogió
y le tiró al caldero y se convirtió en una bruja para el resto de su vida. Y ya
nada más se supo de aquel niño.
ALEJANDRO OJEDA 1º ESO A
Me ha gustado como has redactado la historia pero querría que hubiese pasado más cosas
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