Hace
muchísimos años en la Tierra
no existía gravedad, los mortales podían volar.
Un
día Grávedo, un mortal muy fuerte y amable, vio a Fatromea, la hija de Ezus, la
diosa de la belleza y el amor y se enamoró perdidamente de ella y ella sintió
lo mismo. Ese mismo día Ezus les vio juntos y advirtió a Gravedo que no se
acercase a su hija o le castigaría severamente, pero él no hizo caso. Un día
voló a la casa de Ezus, más allá de las nubes, y al llegar vio a Fatromea
llorando de espaldas y al acercarse vio que no era ella sino Ezus disfrazado.
En ese momento Ezus cogió a su hija y la mató delante de Grávedo para que
sufriera y creó las cadenas del mundo, a las que encadenó a Gravedo, para que desde el centro de la tierra sujetara a
todos los mortales al suelo para que nadie pudiera volar y acercarse a los
dioses, y le hizo inmortal para que estuviera hasta el fin del mundo solo y
llorando la perdida de Fatromea, su amada.
Y,
desde entonces, los mortales están encadenados a la tierra por las cadenas
invisibles de la gravedad.
ISMAEL
BASCONES 1º ESO B
Me ha gustado mucho este mito , porque explica algo que de verdad nadie ha explicado .
ResponderEliminarTambién me ha gusta porque está muy bien escrito
ELSA MANGIONE ROBLES 1ºA