LAS SECRETAS VACACIONES DE LA FAMILIA DÍEZ

Eran las vacaciones de Navidad para la familia Díez. Carlota, mi prima, se iba con su familia a Transilvania (Rumanía), pero Martina, su hermana mayor no estaba muy convencida porque la habían invitado a una fiesta. En cuanto a Virginia y Pedro, los padres, estaban muy contentos, tenían tiempo de pasar tiempo en familia y, por último, Óscar el hermanito pequeño no se lo creía, en el cole se lo iba contando a todos los niños y monitoras. ¡Se le comían con patatas! Era el niño que más les llamaba la atención ya que era súper pelirrojo, al igual que toda su familia.

            Por fin llegó el día del viaje. ¡Martina se llevaba cuatro maletas ella sola! Subieron al avión y llegaron a Transilvania a las tres de la tarde (comieron en el avión).Cuando llegaron al hotel, les enseñaron la habitación, era enorme y había dos baños, una cama de matrimonio y tres individuales. No tenía un aspecto muy moderno, todo lo contrario, era un poco vieja.

            A las siete de la tarde Virginia y Pedro se fueron a un bar y se llevaron a Óscar. Martina y Carlota se quedaron en la habitación, pasaban los minutos y no sabían qué hacer. Martina llevaba enganchada al móvil desde que se fueron sus padres.                                                                            -¡Martina! ¡Deja el teléfono ya!                                                                                                              -Estoy subiendo fotos de la habitación, Carlota. Si te aburres vete a dar un paseo.

            Debido a que Martina no la hacía caso, Carlota se fue a inspeccionar las afueras del hotel. Ya había anochecido, Carlota oyó un ruido, luego vio algo pasar muy deprisa y después sintió que algo la tocaba. Carlota estaba incrédula y con mucho miedo. Sintió que algo la miraba por detrás, se giró y…¡un vampiro! Bueno una vampiresa, mejor dicho. La vampiresa se quedó petrificada, igual que Carlota. Las primeras palabras que salieron de sus bocas fueron:                                                                                                                                -Hola, so-so-soy Carlo-lo-ta                                                                                                -Hola Carlota, soy Lu-lu-na –respondió Luna la vampiresa. Empezaron a hablar, poco a poco fueron perdiendo el miedo la una de la otra. Luna le contó que no podía decir que la había visto, ya que si se hubiese descubierto que existen los matarían.

            Carlota cuando volvió al hotel no hablaba. Estaba demasiado asombrada por lo que le había pasado. Pasaron dos días, a Carlota le parecía raro que el día que habían quedado no hubiese ido. Tenía pinta de maja. Al día siguiente fue a donde se conocieron y encontró un papel que decía:                                                                                                                            -“Hola Carlota soy Luna. No tengo mucho tiempo para escribir este mensaje. Lo único que te puedo decir es que me van a capturar. No me preguntes como lo sé porque yo tampoco lo sé. ¡AYÚDAME!”

            Carlota abrió la boca, no podía cerrarla. Luna dejó una pista: hojas ¡el bosque! Muy cerca de allí había un bosque. Tenía que estar allí. Carlota pidió ayuda a Martina, que al fin y al cabo es su hermana. Juntas se adentraron en el bosque, encontraron huellas y las siguieron. Continuaron y continuaron hasta que las huellas desaparecieron por la lluvia ¡llovía a cántaros! Martina no estaba acostumbrada a andar tanto y se apoyó cansada en un árbol. Se hizo un agujero en el suelo y cayeron.                         -¡Ahhhh!                                                                                                                                  ¡Pum! Sonó al caer al suelo. La suerte es que allí estaba Luna, atada con cuerdas a una columna. La soltaron y cuando se iban a ir apareció una figura sombría. Esa figura no quería que se fuesen y se montó una pelea que preferiría omitir.

            Salieron heridas y cansadas pero vivas, que era lo que contaba. Al llegar a casa denunciaron a la figura sombría y presentaron a Luna a sus padres y a Óscar.

            Este es el secreto que solo solísimo sabe la familia Díez sobre sus vacaciones del dos mil dieciocho. (con mi excepción).            

ANDREA DE LA GÁNDARA AGÜERO 1º B