En un pueblo lejos de aquí, se acerca el día de su fiesta, siempre
pasaba algo raro. Era una especie de fiesta de disfraces. Todos estaban en la
plaza principal celebrándolo, excepto unos niños que se estaban todavía
vistiendo, cuando de repente sonaron las campanas de la iglesia.
En ese momento, los niños salieron de sus casas intentado averiguar lo
que había pasado, porque no suelen sonar las campanas y menos a esas horas. Bajaron
corriendo desde arriba del pueblo para ver lo que estaba ocurriendo y no les
gusto lo que vieron, todos se habían convertido en zombies. Se fueron corriendo
de allí, pensando qué hacer y se dirigieron a otro pueblo cercano, allí era
todo normal. Los niños se dirigieron a algunos amigos, pero no les creyeron,
excepto un señor muy viejo, sin familia y tuerto que les dijo que él les creía
y tenía un antídoto para curar a los zombies, pero debían tener cuidado. Los
niños aceptaron y se fueron corriendo a otro pueblo un poco más lejos, pero no
se les ocurría cómo darles el antídoto. Mientras se dirigían al otro pueblo,
vieron un tractor y… pues claro, a Marta se le ocurrió una idea, pero tenían
que llegar mucho antes que los zombies. Siguieron corriendo y al fin llegaron.
Marta cogió el antídoto y lo derramó por encima del tractor, pero, ¿¡qué
hacía!?, ¿por qué lo desperdiciaba de esa manera? Pero Marta estaba muy segura.
Les mandó que se metieran en el tractor, pero solo accedieron unos pocos, los
otros se alejaron. Cuando llegaron los zombies (que iban muy despacio) fueron
directamente hacia el tractor y éste arrancó. Les siguió hasta un alto, y Jose
paró el tractor, cuando se disponía a salir, Marta se lo impidió y les recordó
lo que les dijo el anciano antes de irse.” La manera de liberar a los zombies
es que se tomen el antídoto” es decir que se lo comiesen y se lo tragasen,
y como los zombies se comen todo lo que ven, y si hay personas, mejor. Marta
continuó con su plan. En cuanto llegaron al tractor empezaron a comérselo, cada
boca que tocaba el tractor con el antídoto, zombie que se convertía en persona.
No entendían nada. ¿qué hacían allí? ¿por qué estaban tan sucios? Pero Sara se
lo explicó a todos, que no lo entendieron muy bien (todavía estaban aturdidos).
Solo escuchaban las palabras zombie, campanada, viejo, antídoto y tractor. En
cuanto los otros, nada más ver que el peligro se alejaba, se fueron
escabullendo hasta llegar al tractor, vieron la hazaña. Todos estaban allí. Finalmente,
todos volvieron al pueblo donde empezó todo y disfrutaron de la fiesta,
excepto los niños que fueron a visitar al anciano, pero
no estaba en su sitio, ni en el pueblo, nadie lo había visto. Había
desaparecido. Nunca nadie volvió a saber de él.
Sara Mirapeix 1º A
Sara me ha gustado mucho, y has dejado en suspense lo de el abuelo!!!!
ResponderEliminarMe apetecería la segunda parteeeee
¡Eso Sara!
ResponderEliminar¡Haz la segunda parte!
me ha gustado mucho
ANDREA DE LA GÁNDARA AGÜERO
me ha gustado mucho y me parece muy original
ResponderEliminarME HA GUSTADO MUCHO AUNQUE EL VIEJO ES EL QUE LIBERO LOS ZOMBIES
ResponderEliminarNO???
EliminarHA EL COMENTARIO ES MIO BY LUIS 1º A
si los liberó por eso los niños le fueron a dar las gracias pero ya no estaba... se había ido a buscar a gente con el mismo problema
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