UN INSTANTE ATERRADOR

 

Había una vez una noche de Hallowen que cinco niños, Hugo, Laura, Fernando, Raquel y Bea. Se fueron a la casa de su vecina Maripili, porque siempre le sacaban el perro. La tarde de Hallowen, como todas las tardes fueron a la casa de su vecina Maripili a sacarle el perro. Pero se encontraron con la puerta y ventanas abiertas, haciendo corriente. No les pareció raro por qué la vecina Maripili estaba un poco loca. A veces se ponía un maquillaje más blanco que la nieve y se ponía a darle sustos a su pobre y viejo perro, el cual ladraba, pero lo raro era que el perro cada vez ladraba más fuerte.

 

De repente al entrar, las luces se apagan, intentan encerderlas pero no pueden. La puerta da un portazo y todos los niños salen corriendo, cada uno en una dirección. Los niños intentan reagruparse por que estaban muy asustados, pero no pueden. Las puertas se abren y se cierran sin ton ni son. De repente las puertas dejan de abrirse y cerrarse, encanbio escuchan una risa escalofiante y unos ladridos que te explotaban los oídos. Los niños no pierden el tiempo y se reagrupan en el hall central. Cuando se dejó ver eran el perro convertido en monstruo y la vecina Maripili poseída y convertida en payaso asesino.

─Otros niños que cayeron en mi astuta trampa, voy a saciaran mi hambre de niños la noche más espeluznante del año ¡ Qué ganas tengo!

De repente a Hugo se acuerda de de que al perro le encantaban las golosinas, coje unas de su bolsillo y ser las tira al salón para despistarlos y que ellos puedan huir y avisar a algún adulto. ¿Les siguió el payaso?

                                                                                                  Marina Calderón Pérez 1ºC