Los jóvenes de un pequeño pueblo de la antigua Grecia eran
muy creyentes de los dioses y no permitían que nadie que no creyese en estos
entrase allí.
Una noche en
la que había tormenta todos se sorprendieron como si hubieran visto algo fuera
de lo normal. Les sorprendió que fuese una tormenta eléctrica porque aún no tenían
un dios para eso. Frente a ellos se presentó un hombre montado a un caballo que
apareció cuando un rayo cayó del cielo, era un jinete fantasma, que controlaba
los rayos de toda tormenta eléctrica. Enobaria, la diosa de la lluvia estaba
enfurecida porque no quería que alguien como un jinete fantasma llevase a cabo
una tarea que solo los dioses del Olimpo podían llevar. Por esto Enobaria bajó del Olimpo para
encontrarse frente a frente con aquel jinete. Cuando ya estaban cara a cara la
diosa le dijo enfurecida que se retirase y dejase ese trabajo a los dioses,
pero el jinete no cedió, así que, le respondió a Enobaria diciéndole que no
había dios más capaz que él para controlar las tormentas y los rayos. Enobaria
se enojó tanto por la descalificación del jinete a los dioses que decidió
castigarlo.
Su castigo fue
que jamás podría librarse de los rayos, tendría que cabalgar por estos hasta el
último de sus días y tampoco podría tocar a ninguna persona porque la
electrocutaría y la mataría. El jinete aprendió que no debe meterse con los
dioses nunca, y que había cometido un error al hacer la tarea de un dios.
DANIELA JIMÉNEZ 1º ESO A
me ha gustado el mito me ha parecido bueno y
ResponderEliminarentretenido
CRISTINA VÁZQUEZ 1 º A