Hace mucho tiempo, en una época ya lejana, los dioses eran muy respetados, les hacían muchas ofrendas a diario y no había ninguna amenaza o preocupación para ellos. Como no tenían nada de lo que preocuparse se pasaban casi todo el tiempo de fiesta, abusando del consumo de alcohol, en el monte Ilopmo su lugar de residencia.
Ezus y Penutón que eran los dos dioses más fuertes, también fueron los que más bebieron, lo cual, provocó que empezaran a pelear por razones absurdas. Empezaron compitiendo entre ellos para ver quién era mejor, pero al no poder declarar un claro ganador, empezaron a pelear de verdad. Ezus lanzaba rayos a Penutón, mientras este último le lanzaba maremotos. Ellos intentaban de verdad acabar con el otro, pero estaban demasiado borrachos para acertar ningún ataque, el mundo les daba vueltas y así no había quien pudiese apuntar. Después de que vieran que no podían acertar ningún ataque a distancia, simplemente se cubrieron a sí mismos con sus ataques y embistieron contra el otro. Aún así no hubo ningún ganador, y es que al estar tan igualadas las fuerzas de sus ataques, simplemente se unieron y se alejaron de los dioses hasta llegar al mar, dónde causaron graves destrozos a las ciudades costeras mientras giraba, como giraba el mundo para aquellos dioses, los cuales siguieron peleando durante no mucho más tiempo al ver que habían destruido varias ciudades de las que les hacían más regalos.
AUGUSTO DÍAZ 1º ESO B
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