Un día dos hermanos llamados María y Milan, salían
del colegio. Vieron una casa en la montaña y Milan dijo:
-Oye María, ¿qué te parece si mañana en vez de ir al colegio vamos a ver
qué hay en esa casa?
- Bueno, Milan, a ver… pues no sé, ¿sabes? Es que mañana tengo examen de
Lengua. – le contestó María a Milan.
- Ya, yo también. Por favor, María. Haré todo lo que quieras.
-Venga vale. Esto va a ser la primera y la última vez, ¿vale?
-Sí, te lo prometo.
Y se dieron una abrazo.
Al siguiente día, los dos se despertaron temprano
y emprendieron el viaje. Pero antes de ir a la montaña, los dos leyeron un
libro de casa de su abuelo y cogieron una llave. Se vieron guiados por unos
carteles. Y al llegar María le dijo a Milan:
-Milan, ¿tú crees que esto es seguro? Es probable que nos maten.
-María no tengas miedo.- le contestó Milan.
-Sí, sí, tranquila, y no te asustes. ¡Ahhhhh! – gritó Milan.
¡Ay! ¿Estás seguro, sí? – preguntó María.
-Sí, voy a abrir la puerta.
Cuando Milan abrió la puerta empezaron a salir monstruos, y muñecos y
algunos empezaron a matarse, a morderse, a pegarse… Entonces María y Milan corrían
y corrían sin parar. Se escondieron detrás de un árbol. Los dos se temieron lo
peor, que a sus padres, a sus abuelos… ¡que los monstruos se los comieran,
mataran a todos! Entonces María le dijo con miedo:
-Milan, esto no es seguro. ¿Sabes por qué ha pasado? ¿Eh?
-No, bueno, sí a ver…- le contestó Milan.
-Pues a ver, porque es todo, ¡tú culpa!- le gritó María empezando casi a
llorar.
-Perdón, es que pensaba que iba a ser divertido.- le contestó Milan.
- Esto, ¿divertido? Yo alucino, pero alucino contigo.-le dijo María.
- Pues venga. Que vamos a acabar con esto- le animó Milan.
-¿Para qué? Si vamos a morir- dijo María.
-¿Y si lo paramos? Por favor María, te lo suplico, vamos a salvarles la
vida, ¿vale? Estás conmigo?
- Venga, vale- le contestó María.
Corrieron y corrieron hasta llegar a la casa y Milan leyó en el libro donde
cogió la llave. Pero Milan no se dio cuenta y se le cayó todo y no sabía dónde
estaba. De repente dos monstruos les acorralaron pero, cuando les iban a
morder, empezaron a desaparecer y todos se metieron en la casa como si un
tornado les absorbiera y…
Su abuelo apareció con la llave y el libro y les
preguntó:
-A ver, ¿algo que
contarme a mí o a nosotros, todo el pueblo?
-Sí – dijo Milan. – Todo
esto fue mi culpa, quise ver que había y bueno esto fue lo que pasó.
- María, ¿algo qué contar
tú también?- le preguntó el abuelo.
- Por supuesto que no,
todo lo que ha dicho Milan es correcto- le contestó con mucho miedo, porque se esperaba lo peor.
-¿No sabíais algo? Hace 50 años nos pasó lo mismo, a mí hermana
y a mí. La leyenda se conoce como “La leyenda de la casa”- les contó el abuelo
a sus nietos.
Finalmente se dieron los
tres un abrazo y un beso y se fueron al pueblo.
De Olaya
ResponderEliminarMe gusta mucho, es muy divertido.
De Olaya
ResponderEliminarMe gusta mucho, es muy divertido.
Bueno, no esta mal,pero se puede hacer que de mas miedo.Es original, eso si, pero no da nada de miedo.
ResponderEliminarAdios
Está muy entretenido y divertido
ResponderEliminarDe Clara
que guay Ana me ha eçncantado y es muy original
ResponderEliminarMe a gustado mucho esta muy bien relatado
ResponderEliminarEstela Gutierrez 1ªc