Hace mucho tiempo, concretamente en 1937, mis padres
tuvieron la fantástica idea de ir de vacaciones a un pueblo llamado Santenor.
¡Uy! Se me ha olvidado presentarme, soy Alicia pero me llaman Ali.
Posiblemente, el nombre del pueblo os de miedo, mis
padres dijeron que el nombre daba igual porque nos lo íbamos a pasar de
muerte...
Por fin nos
dieron las vacaciones de la semana de todos los santos, y por la tarde empezaba
nuestra aventura en Santenor.
Así pues, a las 4:00 decidimos emprender el viaje al pequeño
pueblo "terrorífico".
Cuando llegamos, ya eran las 7:00 y como era Halloween,
decidimos salir a hacer truco o trato. Ya íbamos por la tercera casa, teníamos
muchas chuches, bueno, muchísimas.
A lo lejos
divisamos una casa que, al parecer, estaba abandonada. Todos huían de ella
despavoridos como si hubiese un espíritu o algo así, eso que solo pasa en las
películas.
Mis amigos y yo, armados
de valor decidimos entrar en ella. Oíamos susurros de gente que decían:
"¡No entréis!" "¡En esa casa hay un espíritu!" Nosotros no
les hicimos caso, cosa que, en el futuro lamentaríamos.
Después, al
entrar, se cerró la puerta dando un portazo como por arte de magia. ¡No
podíamos salir! Juan (otro amigo) y yo intentamos con un tronco que había
dentro empujar la puerta, pero no abría.
Después de aquello no nos quedaba más remedio que explorar
esa casa y esperar hasta que alguien viniese a socorrernos. Juan, Ana, Álvaro y
yo decidimos ir al salón, daba miedo. Después de las 10:00 comenzamos a creer
lo que dijeron esos susurros...
Llegó el momento de ir a la cama y... De pronto, se oyó un
grito. Yo me levanté y vi la catástrofe que había ocurrido: todos mis amigos
habían muerto, todo estaba lleno de sangre y en el suelo estaba grabado el
nombre de "Anabel".
Al final
conseguí salir de aquella casa por una ventana rota. Después de 73 años , yo Alicia Headwar sigo aquí, la
única superviviente de aquella catástrofe.
PALOMA RODRIGUEZ 1ºB
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