LA MORGUE

 

Catalina trabaja en una morgue que 50 años atrás, fue lo que todo el mundo llamaba una casa
encantada, ya que en la mansión siempre se oían ruidos como de espíritus gritando o moviendo
muebles.
Cata era un alma inquieta además de curiosa, así que, en su primera autopsia saco el móvil, se metió
en el grupo de WhatsApp que compartía con su hermana, que estaba en su casa y comenzó a
escribir.
“Agustina, ¿estás ahí?”
“Yeeep, ¿Cuántos años tiene el muerto?”
“35, es muy joven”.
“¿Por qué murió?¿Hipotermia?, recuerda que estos días hace mucho frio”.
“Agus, ¿Quién está haciendo la autopsia?”
“Vale perdón, continua”.
“¡Ahhhhh!, el muerto se movió, abrió los ojos y giró el cuello hacia mí”.
“¡Bah!, Rigor mortis común y corriente”.
En ese momento Cata sacó una foto al muerto, tenía los ojos negros y secos. Después de enviar la
foto, Cata siguió hablando.
“La apertura de parpados es normal, pero la torsión de músculos faciales no es corriente”.
“Cata, aléjate, sal de ahí ya”.
“Lo volví a tapar, me ha dado grima”.
“Ahora parece que se está sentando”.
“Si no fuero medica diría que este tipo volvió de la muerte. Tiene que haber una explicación lógica
para ésto”.
“Cata, sal de ahí de inmediato”.
“¿Por qué?”
“Y está haciendo un ruido horrible”.
“¡Cata, escapa, ya!”.
Venciendo sus últimas resistencias internas, Cata decide hacerle caso a Agustina, su hermana. Pero
está tan nerviosa que, en vez de salir por la puerta principal, sale por la secundaria, que da al interior
de la morgue.
“¡Que estúpida!”
“¿Qué?”
“Me equivoqué de puerta.”
“Cata, ya mismo voy para ya, tu aléjate del muerto lo máximo posible.”
“No es posible, el tipo se levantó y caminó hacia la puerta. Puedo verlo por el cristal.”
“Se que está muerto yo misma lo comprobé.”
“Cata, sé que es difícil de creer, pero tienes que estar a salvo hasta que llegue.”
“Agus, hablas como si supieses algo...”
“¿Sabes algo?”
“Sí, pero te lo diré en persona.”
"Ahora, no.”
“Solo espera, estoy en el taxi, en 10 min llego.”
“¿Dios mío, ha roto el cristal!”
“Corre, no dejes que te toque. Cata ¿estás bien?”
“Sí, me escondí en la cocina.”
“Creo que me busca.”
¿Qué está pasando?”
“¿Es un zombi? ¡No puede serlo!”
“Sí, creo que esa es la mejor definición. Ya llego, solo evita que te toque.”
“Si estas en la cocina, hay algo que puedes hacer para protegerte un poco más.”
“¿Qué?”
“Busca la sal, luego échala por la puerta. Eso lo detendrá un rato más, la sal puede detener a un
zombi por un tiempo.”
“¡Ya está!, dime que pasa”
“Solo espera a que llegue, te lo explicaré.”
“¡Dios!, me encontró. Está golpeando la puerta. La va a tirar abajo.”
“La sal lo detendrá, tu tranquila, se lo que hay que hacer para matarlo del todo”.
“Ya rompió la puerta, tiene mucha fuerza. Pero se quedó parado como si hubiese una barrera.”
“Es la sal, si da un paso más, se va a quedar pegado y lo sabe, pero en cuanto la capacidad de la sal
se vea saturada avanzara, pero para eso pueden pasar horas.”
“Si no me lo explicas ya, me voy a volver loca.”
“Es algo largo, comenzó hace 10 años, cuando papá enfermó, tu estudiabas y no te diste cuenta,
pero él estaba preocupado. Sabía que moriría, su cáncer era muy agresivo y la medicina de hoy día
nada podía hacer, así que estudió libros de esoterismo. Encontró uno sobre poder vivir 10 años más
a cambio de una cosa.”
“¿Qué?”
“Un pacto con las fuerzas oscuras.”
“Él era científico; jamás creería algo así.”
“Hasta la persona más incrédula, se lo cree, cuando tiene la muerte delante.”
“¿Y qué paso?”
“Papa llevo a cabo el pacto y mejoró.”
“Ya me acuerdo, creí que era la quimio.”
“No fue eso, fue su pacto satánico, pero empezaron a pasar cosas. Fue en la morgue donde hizo el
ritual; una noche él estaba haciendo una autopsia a una anciana, pero de repente abrió los ojos y
empezó a reírse. Otro día, yo tuve contacto con las fuerzas demoníacas y me hubiera matado sino
hubiera sido por papa.”
“Lo decapito con una sierra. Ahí supimos que las cosas se habían descontrolado.”
“Una noche todos los cadáveres se levantaron. Papa roció la morgue con aceite muy inflamable Y lo
encendió con un fosforo.”
“¡Creí que el incendio del año pasado fue accidental!”
“No, pero parecía la única forma, pero al parecer volvió
“¿Qué pasará si me toca?”
“¡No importa, sólo aléjate de él!”
“Creo que me voy a viciar, si sigue ahí mirándome.”
“Ya llego y me hare cargo de él”
“Espera, va a dar un rodeo. Entrará por la otra puerta o por la ventana y no me queda sal.”
Dos minutos después...
“¡Cata, Cata háblame!”
“Estoy en la parte de atrás de la morgue, en el subsuelo.”
“¡No!”
“No hay otra opción, he trabado la puerta con candado, es más resistente. Aún así, creo que voy a
llamar a la policía.”
“No, ellos no podrán hacer nada. Solo yo sé que hacer. Papá hizo un conjuro, además de
decapitarlo. No vale cualquier cosa, hazme caso.”
“Hay un olor horrible aquí abajo, hace mucho que no visito este lugar.”
“No te muevas.”
“Creo que hay algo en una esquina, ¡mierda! la lámpara no funciona, usaré la linterna del móvil para
ver que hay ahí.”
“No lo hagas.”
“Hay como unas mantas y.…”
“Algo se ha movido abajo”
“No vayas Cata, no mires, que ya llego.”
“¡No!”
“¡Omg, me ha encontrado!, la cosa esa está golpeando la puerta.”
“Ya casi estoy, el taxista imbécil se perdió.”
“¡Dios mío!”
“¡Dios mío, dios mío!”
“Ya he visto lo que hay bajo las mantas, hay una chica atada con sogas y está un círculo de tiza”
“¿Sabes algo Agus?”
“No, pero no la toques aléjate de ella.”
“Pero necesita ayuda.”
“Igual es otro endemoniado, tú no te acerques.”
“Ahora está murmurando algo... dice... Argentina, ¿qué querrá decir?”
“Es el demonio Cata, no te acerques, seguro que escapó de la cámara frigorífica. Además, estoy a
200 metros.”
“¡No creo que sea un zombi, la voy a ayudar!”
“¡No!”
“Está enferma y flaca, como si no hubiera comido en días.”
“¡¡No, no puede ser, no dice Argentina, sino Agustina, una y otra vez!! ¿Por qué dice tu nombre?”
“No lo sé, ya estoy en la puerta de la morgue. “
“Esa chica te conoce.”
“¡Debe estar loca!”
“No te creo, voy a llamar a la policía.”
“No, está bien lo admito, la conozco, es una excompañera de la universidad."
“¿Sabías que estaba aquí?”
“Si yo la puse ahí”
“Estas loca Agus, ya mismo llamo a la policía”
“No, espera, confía en mí.”
“¡No!, has secuestrado a alguien.”
“No tenía otra opción, me estoy muriendo de un cáncer intestinal. Me calcularon dos meses de vida
y no quería dejar a mi hija de 5 años huérfana., Me acorde del ritual de papa y para llevarlo a cabo
hay que sacrificar a alguien; a cambio recibes 10 años de vida.”
“¡Eso quiere decir, que papá mato a alguien!”
“Sí, a un amigo suyo; era solitario y depresivo. A nadie le importo su muerte.”
“Tú lo ayudaste.”
“No creí que funcionase; después me di cuenta de que si era real. Así que hice lo mismo.”
“Pero yo lo haré mejor, papa falló en varias cosas. Por eso los zombis...”
“No permitiré que mates a un inocente, además el ritualista fallando, porque ya despertaste a un
muerto.”
“Cata piénsalo, tu hermana se muere, pero a ella ni la conoces.
Tu solo déjala. Que yo mato a esa cosa y estarás a salvo. ¿Vale?”
Pero Cata hace rato que paró de leer.
Junto a la chica secuestrada ha huido por un ventanuco en dirección al descampado de detrás de la
morgue. Llama a la policía y sigue corriendo.
Al rato ve a su hermana que la llama a gritos.
Cata redobla el paso y se esconde tras unos arbustos y a su lado la chica secuestrada está exhausta,
casi no respira y de no recibir atención médica urgente la chica morirá muy pronto.
Mientras, Agus ve la bata rosa de Cata.
Pero de repente empieza a gemir y a poner los ojos en blanco, el endemoniado la encontró y la
mordió en el cuello, Agus cae muerta al suelo y el zombi sale corriendo al bosque.
Un mes después...
“Te extraño Agus.”
“Quiero que sepas que lo he arreglado todo, me disculpé con aquella chica personalmente.”
“También tengo a tu hija Marcela. El juez la dejo bajo mi custodia.”
“Nadie creyó mi historia. Creyeron que había sido obra de un asesino en serie.”
Después Cata eliminó el grupo.

MARCOS SALAS 1º D